Para festejar que estamos aquí, para brindar por los amigos del rugby que quedaron en el camino y para tomar conciencia que este partido está fulero y no nos queda otra que jugarlo, con lesionados, suspendidos y decisiones tomadas en el medio de la batalla.
Estamos aquí, en la ronda que no se desarma, con las ansias de disfrutar a como dé lugar de ser PURPURADOS, en la cancha y en las tablas. Con la presencia de algún prócer que nos entregó todo en ambos terrenos.
Con el testimonio de hermanos que nos muestran día a día que se puede contra los rivales más temidos y grandotes, porque el esfuerzo y el optimismo nos hacen plantar bandera en cualquier cancha de la vida.
No dejemos de valorar el hecho de tenernos, de sentirnos, de seguir aportando para volver, cuando se pueda, al lugar más hermoso del mundo: Nuestra casa: CARDENALES.
Así, mientras tanto, vamos a pasar un nuevo rato maravilloso, con las copas en alto, con las energías puestas en aceptar el momento y hacer todo para estar lo mejor que podamos.
Bienaventurados los hermanos que el viento del tiempo los alejó, porque ellos nunca dejaron de pensar en el club, porque siempre serán Cardenales.
Bienvenidos los que nunca dejaron de empujar el scrum ni le mezquinaron al tackle.
Bienvenidas las sangres nuevas que nos garantizarán esencia.
Bienvenidos los botines de la tarde y las guitarras de la noche.
De la cancha a las tablas, esa es el camino, dejando todo.
Que esta noche sea mágica y nos ayude a sobrellevar lo que viene, con las marcas de lo que pasó y con la esperanza de que cada vez seamos más los que entendamos que en esta casa, antes que nada, se da y se entrega hasta que no queden fuerzas. La recompensa está en momentos como este.
¡Bienvenidos al Tercer Fogón Virtual Purpurado!






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