Embajadores Purpurados: Por Otros Clubes del País y del Mundo

“Los caminos de la vida no son como yo pensaba,

Como los imaginaba, no son como yo creía…” 

(Omar Geles)


En la senda del rugby se presentan muchas estaciones impensadas, con decisiones por tomar en ese trayecto que muchas veces no se imaginaron antes.

Evolución profesional; distanciamientos geográficos; realidades familiares; el propio paso del tiempo sin repetir rituales; algunas diferencias o enojos. Son distintas las situaciones de la vida por las que atravesaron personas que, habiendo defendido con enjundia la camiseta purpurada, se fueron a otros clubes a seguir su camino como Entrenadores, como Preparadores Físicos, como Jugadores o como padres que acompañaron a sus hijos.

Como sabiamente lo anticipaban en el himno, y tal vez presagiando el devenir del éxodo constante de nuestros hijos pródigos, nuestros fundadores nos anticipaban a todos, que sería imposible “librarnos” de nuestra esencia, de nuestra historia, de nuestra condición de Cardenales: “Y SI EL TIEMPO TE ALEJÓ, EN EL CLUB TU PENSARÁS…”

Y por ahí andan nuestros Embajadores Culturales Purpurados, con la pertenencia grabada a fuego, exportando la idea madre y fundamental respecto del Rugby en Cardenales. En nuestro club el rugby es más que el juego propiamente dicho, lo excede, lo nutre, lo empuja. Pues lo que vale, antes que nada, es la persona, tal como siempre se repite, y es mucho más que una frase, es una forma de entender el rugby y la vida.

Nuestros embajadores conocen de estar predispuestos para ser parte de un todo; de sumarse al trabajo solidariamente; de tener ganas de crecer, de aprender, de compartir con otro. Ellos tienen siempre a mano alguna idea que le permita mostrar su creatividad, sin importar demasiado “el qué dirán”. Porque en Cardenales, en nuestro mismo origen, lo que vale es “el qué sentirán”.

Más allá del respeto por la camiseta o el conjunto deportivo que les toca defender, lealmente y como corresponde, nunca perderán esa predisposición frente a la vida, con esfuerzo y optimista, que contagie nuestra cultura de la convivencia y de la sana y fuerte competencia, Porque el tiempo no es un impedimento para dejar de ser lo que, de algún modo, seguimos siendo, siempre.

El origen nunca se olvida. El corazón manda. Y en el gran corazón de Cardenales hay lugar para vos, que defendiste esta camiseta y que hoy sos uno de Nuestros Embajadores Culturales, porque debajo de la camiseta de ocasión seguís teniendo la cruz en el pecho que te vio crecer y conocer la vida desde esta casa.

PORQUE SIEMPRE SERÁS CARDENAL



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