En un viaje imaginario a través de Internet, que hace las veces de un coche de la línea 4, con cartel de "Bº Sarmiento" o de "Río - Barrio", Cardenales que alzaron vuelo y que hoy anidan en distintos rincones del mundo, nos cuenta de las huellas que les quedaron marcadas en sus camisetas purpuradas, en las rodillas peladas de sus recuerdos y, sobre todo, en esos corazones que se abrigaron una y mil veces al calor de amigos, compañeros, hermanos y tíos de esta Gran Familia Cardenales.
El sentido de este espacio es que nos sigamos teniendo cerca, que nos sigamos reconociendo, como cuando ese que ya estaba arriba del bondi sacaba su mano por la ventanilla al amigo, al que esperaba en la parada, para no perderse ni un minuto de esa compañía, de esa hermandad.
Otro siglo, otra era, nuevos tiempos, el mismo vestuario, la misma sensación de compartir lo profundo de este deporte, lo incomparable de este club.
Que esta sección del blog nos sirva para tener en cuenta que, muchas veces, la "zaranda" que genera la distancia asienta amores y confirma la nobleza del material con el que se construye en Cardenales: la convivencia, el trato, los valores, la responsabilidad, la solidaridad, el ánimo de crecimiento y aprendizaje para poder enfrentar cualquier rival. Todo eso, llevado a la cancha nos hace ir a dormir tranquilos y disfrutar de compartir con laderos de la vida, con esos hermanos para siempre que nos sembró este club.
¡Bienvenidos Cardenales que vuelan por el mundo!
Fueron muchos los Cardenales que estuvieron afuera, muchos, y muchos volvieron a volcar sus vivencias, conocimientos y experiencias. Ellos regresaron al nido y están entre nosotros, empujando este carro. Para ellos el reconocimiento. A su vez, la idea de este espacio es poder jugar a la distancia con los que hoy no pueden compartir en la Silvano 447, para que las ronda los acoja, como siempre.
Que este espacio les sirva para contarnos de sus horas en la Silvano Bores, de sus momentos que tanto nos enseñaron, mientras la pasábamos tan bien, a veces festejando y a veces sufriendo.
Que sus vivencias nos muestren de la importancia que tuvo el club para esta parte de sus vidas en las que siguen desplegando sus alas de pajaritos norteños, repartiendo alegría y coraje de perros de presa en otras dimensiones, en otros climas y realidades. Con el arma noble del optimismo a flor de piel, dispuestos a tacklear a cuanto desafío se les ponga adelante.
Porque seguimos cerca, porque seguimos estando juntos.
Porque vuestros corazones piensan en el club, porque SIEMPRE SERÁN CARDENALES.

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